jueves, 30 de agosto de 2007

Convocatoria y un pequeño resumen


Convocatoria: Concentración de Peones Negros de Vigo, el martes 11 de septiembre de 2007 a las 20 horas, en la Calle del Príncipe y el lugar habitual

Hace algunas semanas quedaba visto para sentencia el que se ha dado en llamar juicio del 11-M. El meollo de la cuestión, qué estalló en los trenes, continúa siendo a día de hoy difícil de esclarecer. Con las pruebas que tenemos sólo cabe formular hipótesis al respecto. Sin embargo, esto no significa que no podamos sacar conclusiones.

Para empezar, sabemos por los resultados de las pruebas periciales ordenadas por el juez Gómez Bermúdez, que el explosivo empleado en los trenes contenía Nitroglicerina y Dinitrotolueno luego no pudo ser Goma 2-ECO ya que ninguno de los dos componentes están presentes en dicha dinamita. Pero ¿por qué más de tres años después de la masacre seguimos sin poder saber qué estalló en los trenes?

La respuesta es muy simple: Se han destruido las pruebas que delataban a los asesinos. Y lo más vergonzoso es que esas pruebas no las han destruido los terroristas, como cabría esperar, sino quienes deberían velar por nuestra seguridad y promover la acción de la justicia.

La responsabilidad de que no haya suficientes muestras de explosivos para determinar qué estalló en los trenes corresponde directamente al titular del Juzgado Central de Instrucción nº 6, Juan del Olmo, y a la Fiscal Olga Sánchez. Recientemente hemos sabido que los trenes fueron desguazados los días 13 y 14 de marzo. ¡48 horas después de la masacre!

Idéntica suerte corrieron también los efectos personales de las víctimas que fueron incinerados, privándonos de la posibilidad de analizar los restos de explosivos que sin duda quedaron impregnados en los mismos.

Con idénticos propósitos, las escasísimas muestras de explosivos que no han sido destruidas han sido convenientemente lavadas con una disolución de agua y acetona. Todas menos UNA que es, casualmente, aquella en la que aparecen dos componentes que echan por tierra la versión oficial de la Goma 2-ECO.

Más chocante resulta comprobar que al tiempo que se destruyen las pruebas irrefutables de la masacre, las que con toda seguridad nos hubiesen conducido hasta los asesinos otras, cuya veracidad nunca ha podido ser demostrada y sobre las que recaen innumerables sombras de sospecha, fueron apareciendo convenientemente aquí y allá en las horas posteriores al 11-M para encaminar la investigación en una dirección muy concreta, la del atentado islamista.

¿De verdad está todo claro?...

Durante el juicio hemos visto cómo la Fiscalía, cuya “independencia” es de sobra conocida, lejos de promover la acción de la justicia en defensa de la legalidad o de velar por la independencia de los Tribunales, se ha granjeado, con su demostrada falta de interés en llegar al fondo del asunto, un profundo desprestigio frente a la opinión pública.

¿Cómo confiar en quienes, como el Fiscal Zaragoza, afirman sin inmutarse, que da igual lo que estallara en los trenes porque los culpables siguen siendo los mismos? Si para la Fiscalía, las pruebas científicas que contradicen su versión de los hechos no merecen ser tenidas en cuenta, lejos de intentar descubrir a los asesinos, con su actitud, más bien parece querer encubrirlos.

Quienes hemos seguido a diario las sesiones de la Casa de Campo hemos podido comprobar que conforme iba avanzando el juicio, la Fiscalía, se iba quedando sin argumentos para sostener ante la opinión pública la versión oficial de la Goma 2-ECO. Ante la falta de evidencias les hemos visto echar mano de explicaciones que insultarían la inteligencia de cualquiera.

Después de más de cuatro meses de sesiones, cabía esperar que en sus conclusiones, el Ministerio Fiscal (que presume de tenerlo todo muy claro) realizase por fin un relato pormenorizado de los hechos, en el que nos fuera desgranando, prueba a prueba las evidencias que (según ellos) inculpan de manera clara e inequívoca a los 28 procesados.

Sin embargo, la falta de argumentos con los que sustentar la versión oficial de la Goma 2-ECO se ha suplido con diatribas contra los medios de comunicación no afines y contra los propios abogados defensores.

Hemos asistido perplejos a la disertación de la Fiscal Olga Sánchez a cerca de por qué no había ninguna duda de que los explosivos utilizados el 11-M se guardaron en el zulo de Morata de Tajuña. Pero, ¿cómo puede saber esta mujer dónde se guardaron los explosivos de la masacre si todavía no sabemos qué estalló en los trenes?

Precisamente porque la Fiscalía no ha conseguido demostrar con sus múltiples variantes de la teoría de la contaminación, que en los trenes hubiese estallado Goma 2-ECO es por lo que el Fiscal Zaragoza, finalmente, ha querido convencernos de que no merecía la pena perder el tiempo discutiendo si había sido Goma 2-ECO o no, porque total daba igual lo que hubiese estallado en los trenes, los asesinos tienen que seguir siendo los moritos de Lavapiés.

Y como la Fiscalía parece tener órdenes de no apearse de la Goma 2-ECO a pesar de las evidencias, a falta de explicaciones sólidas con las que demostrar cuestiones fundamentales como dónde se guardaron los supuestos explosivos, hemos tenido que sufrir a la Fiscal Olga Sánchez dirigiéndose a los ciudadanos como si fuésemos idiotas capaces de creer que el agujero de la casa de Morata era para guardar los explosivos y no el lugar donde comían los animales porque (palabras textuales de la Fiscal Olga Sánchez) “las cabras sólo comen a cierta altura y las gallinas no comen en agujeros del suelo.” ¿Este es el único argumento que pueden presentar ante la opinión pública para convencernos de que a pesar de que los perros no olieron los explosivos es evidente que éstos se guardaron allí? Nos toman por idiotas….

El juicio ha dejado al descubierto las vergüenzas de un sistema donde la imparcialidad e independencia brillan por su ausencia y donde en la práctica todos los poderes dependen de uno solo.

Tenemos jueces que destruyen las pruebas del crimen, funcionarios policiales que manipulan aquello que deberían custodiar, agentes del orden que sufren de amnesia cuando se les pregunta sobre asuntos cruciales, altos mandos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado imputados por falsificar informes, otros contra los que ya se ha pedido deducción de testimonio por los posibles delitos de falso testimonio, destrucción de pruebas y falsedad documental.

Sabemos que nos mienten y por lo tanto que algo ocultan. A falta de conocer los nombres de los verdaderos planificadores y ejecutores de la masacre sabemos también que determinados miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, con su actuación, desde el primer momento, han entorpeciendo la búsqueda de la verdad. ¿Por qué? ¿Quién tiene las manos manchadas de sangre?

¿Dónde están ahora aquellos que el 13-M sacaron a la gente a la calle al grito de “Queremos saber” que no exigen la responsabilidad de quienes han destruído o falsificado pruebas?

Los ciudadanos libres, críticos e independientes tenemos un compromiso, la responsabilidad que nos da el vivir aquí y ahora. No podemos mirar hacia otro lado esperando que los problemas se solucionen solos.

Porque creemos que las familias de los 192 asesinados y cerca de 2.000 heridos se merecen la misma justicia que reclamaríamos para los nuestros. Porque queremos vivir en un país libre y democrático donde los instrumentos del Estado de Derecho gocen de la independencia necesaria para garantizar que desde las cloacas del Estado jamás se vuelve a encubrir a quienes nos asesinan. Para evitar, en definitiva, que un nuevo 11-M vuelva a suceder.
Este resumen fué realizado por una compañera de Peones Negros Libres a la cual admiro,
sacerdotisadeisis, gracias por tu colaboración.

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